jueves, 15 de octubre de 2009

Va por usted, don José Antonio, el de la lagartija




















José Antonio Valverde, hecho un mozo y currando 


















El profesor don José Antonio Valverde, de bonito



Anda revuelto el mundo científico español con los recortes que el Gobierno va a imponer en los presupuestos para investigación, como consecuencia de las estrecheces de la crisis. En cuanto saltaron las alarmas, hubo movilizaciones, entre las que destaca, por su originalidad, la promovida desde el blog La Aldea Irreductible, cuya visita os recomiendo.

¿Les debemos algo a los científicos en estas sierras? Un montón. La protección legal de este espacio hubiera sido imposible sin las investigaciones de tantos biólogos que, ya desde el siglo XIX, se patearon estos montes con paciencia y tenacidad, sorprendiéndose a sí mismos y sorprendiendo al mundo con lo que encontraban. Estos científicos han sido y son legión, pero por remontarnos a los pioneros, en su mayoría extranjeros, recordemos a algunos.

Por ejemplo, Elisée Reverchon, viajero y botánico francés que, a principios del siglo XX, estableció su cuartel general en La Puebla de Don Fadrique, donde se dedicó durante varios años a investigar la flora de nuestras sierras para estupefacción de los vecinos del pueblo, que no entendían muy bien qué hacía un francés dedicándose a tan extraños menesteres. En su honor, hay varias especies de plantas que llevan su apellido, como Solenantus reverchonii, cuya única población en el mundo está en el sureste de nuestro Parque Natural, cerca del límite con Granada, es decir, no lejos de la zona donde vivió Monsieur Reverchon.

Otro francés que se dejó caer por aquí fue Jean Michel Gandoger, que en 1902 descubrió para la ciencia nada menos que la violeta de Cazorla (Viola cazorlensis) sin sospechar que su florecilla acabaría convertida en un icono de estas sierras, con muchos más ejemplares en pegatinas, llaveros y paneles que en el monte.

Y si hablamos de fauna, ¿cómo no citar al profesor José Antonio Valverde, descubridor de la lagartija que lleva su nombre a mediados del siglo XX? Fue él, también, quien llamó la atención de la comunidad científica internacional sobre la presencia en nuestras sierras de los últimos quebrantahuesos andaluces, tras penosas excursiones a lomos de mula.

En fin, estamos en deuda con varias generaciones  de científicos que han sacado a la luz los tesoros que quedan en este rinconcillo del vapuleado planeta Tierra. Ahora que andan en apuros, les debemos nuestro apoyo.

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