sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad... y mucha evolución





































Gracias por esta imagen a la Sociedad Giennense de Historia Natural

jueves, 22 de diciembre de 2011

La Sierra de Segura parece condenada a ser escenario permanente de ejercicios aéreos militares


Los aviones militares siguen sobrevolando con regularidad la Sierra de Segura sin que la Junta de Andalucía haya hecho nada por impedirlo desde el grave incendio forestal provocado por un accidente en septiembre de 2009. También siguen produciéndose los episodios de estruendo por rotura de la barrera del sonido.

María González Talón es una vecina de Segura de la Sierra que hizo y colocó una pancarta de protesta el mismo día del incendio. Hoy sigue indignada porque los vuelos continúan realizándose y pide acción ciudadana. Estos son su texto y sus fotos.


"Estaba yo una plácida mañana de septiembre 2009 desayunando y
contemplando los montes que aparecen a través de la tronera del patio
cuando me atacó un vuelo rasante de caza, nunca nos acostumbraremos a
ese susto, a ese estruendo que llega y se va como un rayo, así, a unos
cientos de metros sobre nuestras cabezas de la Sierra y de Segura, ya
lo sabéis, llevan años así.
Pero aquel día unos minutos después del ataque a mariagonzalez
desayunando, y una vez recompuesta la contemplación y la mirada, y
feliz porque no se me había caído el avioncito en el café con leche,
veo que sale una columna de humo justo en la cuerda de los montes, el
caza se había estrellado, vinieron soldados a recoger los
"proyectiles" que llevaba ....y ardieron 300Ha ¿ lo recordáis? os hice
llegar la noticia ¿la dió la prensa? y las fotos del incendio, de la
pancarta que puse, duró un día, y la carta que escribí a El Pais, que
publicaron, aunque expurgada....¿recordáis?
Sí que hubo debate en la prensa acerca de la prohibición de jugar a la
guerra en el área del Parque y parecía que los juegos habían terminado
o por lo menos remitido pero, pero ahí tenéis las fotos que hice hace
dos días.
Llevan unas semanas de maniobras intensas, de nuevo sobre nuestras
cabezas ¿será para promocionar juguetes de guerra?
Os pido, como siempre, acción, ideas y sobre todo publicidad, prensa,
prensa y web, web.
Porque ¿nos apuntamos a Horacio o a Hamlet ?

Whether ´tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them?

Esta que no es Ofelia."

No, no tenemos por qué resignarnos a sufrir "las flechas de un cruel destino", podemos optar por "luchar contra un mar de dificultades".

Fotos: María González Talón

El Ministerio de Defensa dice no a la Junta de Andalucía
Un país maravilloso para efenderlo, no para ponerlo en peligro
 

viernes, 16 de diciembre de 2011

Diciembre en la Sierra de Segura





































Búho real (Bubo bubo)
Dibujo: Juan Manuel Valero Rodríguez 

"Las más agrestes profundidades del bosque son escenario en las noches de diciembre de uno de los ritos nupciales que más impresionan: el del búho real, una de nuestras rapaces de reproducción más madrugadora. Durante horas, el macho se posa en sus cantaderos y hace sonar por barrancos y roquedos su llamada, tan profunda y poderosa que se oye en varios kilómetros a la redonda. La hembra le contesta en un tono algo más agudo y comienza una larga conversación de reclamo entre los amantes que continuará con persecuciones y piruetas en el aire, y finalizará con la danza del macho alrededor de su pareja que precede a la cópula.

El frío tampoco es problema para el buitre leonado, que inicia en diciembre las paradas nupciales desde sus altos cantiles desafiando al hielo, a la nieve y a la ventisca. Cuando la mañana está soleada, la pareja remonta su pesado vuelo y planea a gran altitud, muy juntos y en perfecta sincronía. La hembra inicia un picado que será imitado al milímetro por el macho y luego vendrán una serie de asombrosas acrobacias que parecen templar el gélido aire de la alta montaña.

Hubo tiempos en que diciembre era testigo de acontecimientos naturales que hoy parece increíble que sucedieran en la Sierra de Segura: el oso se aletargaba, el corzo perdía los cuernos, el lince maullaba para atraer a la hembra, el buitre negro exhibía su vuelo nupcial y el aullido del lobo añadía más hielo a la noche. Hoy ninguno está con nosotros. ¿Nos resignamos a rebajar los antiguos esplendores a la categoría de mitos?"

Javier Broncano y Joaquín Gómez 

jueves, 8 de diciembre de 2011

Se confirma el grave impacto del sondeo de El Maguillo – La concesión debe ser revocada





























En El Maguillo se seca el bosque de la zona alta de la Sierra de Segura para regar los olivos de las tierras bajas.
Foto: Plataforma Valles Verdes

Los expertos de la Universidad Pablo de Olavide han confirmado los impactos negativos del sondeo para riego agrícola de El Maguillo (Beas de Segura). Las conclusiones del estudio sobre la situación hidrológica al final del estiaje 2011 son claras: la sustracción de agua subterránea para regar los olivos está secando fuentes, pozos, manantiales y arroyos.

Por otro lado, me consta que algunas sucursales bancarias de Beas de Segura han prospectado discretamente entre algunos miembros de la comunidad de regantes sobre el futuro de la inversión realizada. Dicho de otra forma, el fino olfato de los bancos les sugiere dudas sobre la viabilidad del proyecto como consecuencia del alto impacto ambiental que está causando y, por tanto, no ven del todo clara la devolución de los préstamos que han hecho a los regantes.

Es probable que la Consejería de Medio Ambiente siga prestando apoyo político –soterrado, pero innegable- a una comunidad de regantes que se ha metido voluntariamente en una aventura. Pero no perdemos la esperanza de que, en lugar de mirar de reojo a los votos,  opte por afrontar la realidad y dar alguna credibilidad a la apuesta que dice hacer por la sostenibilidad del olivar y por redireccionar la agricultura jiennense desde la cantidad hacia la calidad. Eso implicaría pedir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, no ya la revisión de la concesión de El Maguillo, sino su revocación inmediata.

Mientras, el trabajo incansable e impecable de la Plataforma Valles Verdes merece el apoyo de todas las personas que deseamos que las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas sigan siendo uno de los grandes espacios naturales europeos que aún conservan su esplendor.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Axel y Maro consiguen que las aldeas recuperen sus nombres

Estos dos chicos de El Robledo están consiguiendo su objetivo de que las aldeas de Segura de la Sierra tengan su nombre puesto a la entrada, como debe ser. Hicieron un reportaje fotográfico mostrando la clamorosa ausencia de carteles indicadores en muchas aldeas y después le pidieron al alcalde que arreglase el problema. Hoy, algunas aldeas ya tienen paneles mostrando orgullosamente esos nombres sonoros, bellos y expresivos con que fueron bautizados por la gente muchas generaciones atrás.

Axel y Maro parecen también estar orgullosos de ser de El Robledo y de haber conseguido que su aldea y otras muchas luzcan algo tan básico para la identidad de sus gentes como es el nombre. Gracias, chavales, y gracias también al alcalde de Segura de la Sierra por haber sabido responder al reto que le plantearon. Y a ver si cunde el ejemplo, porque quedan muchas, muchas aldeas de la Sierra de Segura que siguen siendo dolorosamente anónimas.


miércoles, 16 de noviembre de 2011

La crisis vista desde una aldea deshabitada de la Sierra de Segura



























El otro día, para escapar del ruido mediático en el que estamos inmersos, me fui a la cortijada abandonada de La Cerecera para ordenar mis ideas sobre la prima de riesgo y la deuda soberana.

Las eras de las aldeas deshabitadas son lugares muy saludables porque siempre están en sitios ventilados, donde antiguamente se aventaba el grano y hoy puedes poner a orear el cerebro. Echar un buen rato en una de estas eras solitarias provoca una fusión agridulce de sensaciones. Como su emplazamiento es por necesidad abierto, siempre tienes risueñas vistas hacia las montañas circundantes. Pero su vecindad inmediata es la de las ruinas de las casas despobladas. Así que tu mente se encuentra ante el reto de gestionar sentimientos encontrados: belleza, plenitud e intemporalidad frente a melancolía, decadencia y fugacidad del tiempo. No sé qué harán otras mentes en esas situaciones de flagrante dualidad, pero la mía suele resolver el atasco ordenándome atacar la tortilla de patatas que me llama desde la mochila.

Después de la comida, la siesta española -aquí denominada mocholá- y el té inglés, uno ya puede mirar el mundo desde un nivel más elevado de conciencia, y es entonces cuando se te revelan las verdades que has venido a buscar. Sobre la prima de riesgo, por ejemplo, vi claro que la situación de los antiguos habitantes de La Cerecera no era envidiable, porque su prosperidad dependía de cómo viniese el tiempo cada año, de lo que Dios quisiera, con lo que el diferencial de su riesgo de pasar gusa era francamente elevado en relación a los habitantes de la ciudad. Ahora casi no dependemos de contingencias meteorológicas, pero estamos sometidos a la variación en el diferencial entre el bono español y el alemán, asunto que también afecta a nuestra subsistencia y sobre el que tenemos el mismo control que los cereceros tenían sobre las heladas y las tormentas a destiempo. Así que no digo yo que no hayamos progresado, pero no tanto como creemos: seguimos dependiendo de poderes opacos y caprichosos. Los cereceros, al menos, tenían sus propios recursos y habilidades para resistir cuando las cosas pintaban realmente mal, no como ahora, que no nos queda más que votar (cosa que también es digna de ser apreciada, la verdad; en su momento, algunos nos vimos entre rejas para poder llegar a hacerlo).

En cuanto al espinoso tema de la deuda soberana, en la era de La Cerecera llegué a dos conclusiones. La primera, que la que es soberana es la deuda de respeto que tenemos contraída con todas las generaciones de cereceros y cereceras que en el mundo han sido, porque sin su trabajo de siglos a base de pico, pala y hazada, hoy, en vez de disfrutar de un precario estado del bienestar, estaríamos directamente comiéndonos los mocos. Y la segunda, que los cereceros y las cereceras no tenían deuda alguna con el entorno del que formaban parte, mientras que ahora la huella ecológica de cada españolito es de 6,4 hectáreas, es decir, que necesitamos la superficie de tres Españas para producir los alimentos y materiales que consumimos, para absorber la cochambre que generamos y para proporcionar espacio a las infraestructuras de todo tipo que construimos. Otra deuda verdaderamente soberana que impepinablemente se paga.

O sea que, como diría un serrano, “hemos pasao de lo enjuto a lo regao”. Así que entre todos habrá que buscar un término medio, de manera que  no gastemos lo que no tenemos, y menos por adelantado. Y, sobre todo, que no dependamos de los rayos y granizos que nos sueltan Los Mercados, siempre ansiosos, siempre inclementes.

Dejé La Cerecera con los últimos rayos del sol pintando de sepia los paredones de Peña Rubia y esmaltando con sus últimos brillos el ocre otoñal de los robles del camino. Al poco empezó a hacerse oír el cárabo. En momentos así, la deuda, la prima de riesgo y hasta lo que pueda pasar dentro de un rato, te importa un rábano. Es lo que tiene la montaña.


























Fotos: aldea de La Cerecera
Javier Broncano Casares

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nuestros pinos salgareños lo dan todo

Este pino salgareño de Los Poyos de la Mesa, viejo, retorcido y cubierto de cicatrices y muñones, lleva inscrita bien visible buena parte de su larga hoja de prestaciones como servidor público. 

Fue útil a los de nuestra especie cuando necesitaban la tea para iluminar sus pobres cortijos. Ahí siguen las marcas del hacha en la base del tronco, recordándonos, de paso, de dónde venimos...


























Regala solares gratis para que los líquenes se instalen cómodamente…


























 Es hospitalario con los pájaros carpinteros, a quienes da toda clase de facilidades para que construyan sus apartamentos con vistas al Valle del Guadalquivir…


























E incluso cuando sus gruesas ramas se desploman, se dejan vaciar y se convierten en acogedoras cuevas para toda clase de animales y animalillos…


























Los árboles nunca buscan la jubilación. Mueren discretamente pagándonos la nuestra, porque sin ellos no hay futuro.




Fotos: Javier Broncano Casares

jueves, 3 de noviembre de 2011

Noviembre en la Sierra de Segura























Fruto de tejo
Foto: Javier Broncano

"Se anuncia ya el invierno, que llega primero a las zonas altas, donde pinta de blanco las cumbres y calares. Se adormecen  los procesos vitales de casi todas las especies. Mueren moscas y mosquitos, arañas, avispas y mariposas, mientras hormigas, mariquitas y abejas silvestres se aprietan en cualquier hueco para defenderse del inminente invierno. Y sin embargo, es ahora cuando comienza el celo de la cabra montés. El aire frío esparce por los altos roquedos los efluvios sexuales de las hembras, y los machos abandonan  sus remotos escondrijos para deambular solitarios en busca de los harenes. La rivalidad entre ellos se resuelve a veces con una simple ostentación del tamaño del cuerpo y de la cuerna, pero a menudo se enzarzan en espectaculares peleas que hacen correr el eco de los topetazos por calares y quebradas.


Abajo, los olivares están preñados de esperanza. Negrea la aceituna, haciendo cuerpo en su interior con infinita paciencia el jugo que pronto será el fruto más preciado de esta tierra: su aceite. Las nogueras nos dan su fruto, esas nueces serranas pequeñas pero mucho más sustanciosas que las que tanto abundan en las tiendas. Florece el romero, que en realidad lo hace durante casi todo el año, y sigue siendo tiempo de setas. Amarillean el fresno junto a la fuente, y el olmo montano a la vera del arroyo. El roble, esencia y testigo de la vieja historia de nuestros bosques, parece más verdadero que nunca cuando, en noviembre, viste su manto ocre de sabio anciano y pobre".

Javier Broncano y Joaquín Gómez 

lunes, 24 de octubre de 2011

Sierra de Segura, un patrimio histórico abandonado

















Torre de El Cardete
Foto: Javier Broncano Casares

Se nos muere el patrimonio histórico en medio del abandono y la indiferencia. Nos hemos acostumbrado a ver los torreones hispanomusulmanes de la Sierra de Segura ruinosos, pero en pie, y nos parece que siempre estuvieron y estarán así. Y hay que recordar lo obvio: un día tuvieron un aspecto pujante y otro día se vendrán abajo. Entre ambos días habrá siglos de por medio, pero todo llega. 

Tres de esos torreones, los de Santa Catalina, se ven desde mi casa. En los días de temporal miro instintivamente para ver si aún están erguidos. Compruebo con alivio que ahí siguen y sé que seguirán, pero sólo hasta que el tiempo tome las decisiones oportunas. Entonces todo serán lamentos. Nos preguntaremos por qué sólo uno de ellos había sido restaurado, dejando en el abandono los otros dos y todos los demás que están diseminados por la comarca. Por qué hemos hablado tanto del patrimonio, e incluso le hemos dedicado planes y medios económicos, mientras seguíamos viendo cómo el patrimonio real se deterioraba de manera lenta, casi imperceptible, pero inexorable. Nos preguntaremos cómo fuimos tan borricos de no cuidar muchas de las fortalezas medievales segureñas como tesoros, cómo no las pusimos en valor, cómo no las restauramos, arreglamos primorosamente su entorno, las señalizamos, las interpretamos y las hicimos accesibles, todo ello para mayor gloria de la comarca y para disfrute de vecinos y visitantes.

El torreón de la foto es el del Cardete, en el municipio de Benatae. Mientras se sigue desmoronando, rindámosle homenaje recordando el poema que le inspiró a Manuel Alquife. Forma parte de su extraordinario  libro Calicanto, publicado en 1995 en una reducida edición numerada, con dibujos de Francisco Cerezo. Treinta atalayas, treinta dibujos, treinta poemas. Decía Lola Suardíaz en el prólogo: "Es lógico que la Sierra de Segura, abandonada, despojada, con un sólido pasado y una enorme dignidad presente, haya inspirado esta obra a los autores. Es musa, modelo y símbolo. Ellos, en pago, la han guardado en un hermoso estuche y la han hecho imagen y metáfora de nuestras propias vidas".  He aquí el poema:

Atino en la granada a medianoche
aún sin luna.
La oigo crujir,
soltar sus granos de sangre
y a la tierra seca absorber sus brasas

quemarse en silencio. 

miércoles, 19 de octubre de 2011

Rurales en el 15-O


Foto: Javier Broncano. Madrid, 15-O

El pasado sábado formé parte de la nutrida y vibrante demostración de ciudadanía del 15-O en Madrid. Me dio alegría ver a un grupo de personas que llevaban pancartas con el lema "poder rural" porque, por el momento, el disperso y adormecido mundo rural está a la cola de un movimiento que aspira a algo tan simple como que la política se haga en función de los intereses de las personas.

Nadie debería estar más interesado en el empoderamiento de la ciudadanía que el mundo rural. ¿Se conoce algún otro sector donde sea el comprador quien fija el precio del producto? ¿Le decimos los consumidores al frutero lo que le vamos a pagar por las patatas? Pues eso es lo que le dicen al agricultor de Jaén los poderes fácticos de la distribución y la comercialización del aceite, por ejemplo. Viva el mercado, incluso el global, pero el mercado original, con transparencia e igualdad de oportunidades para competir, sin monopolios ni privilegios. Hemos olvidado aquello de "la tierra para el que la trabaja", pero es que incluso debemos recuperar otra idea históricamente muy anterior: el mercado, para el que se lo curra. Hoy, hasta Adam Smith estaría indignado.

Además, el mundo rural necesita políticos que lo hagan valer. Que sepan y sientan que la agricultura, la ganadería, la pesca y la conservación de los paisajes están en la base de todos los demás procesos productivos. Políticos que tengan claro por qué las palabras cultivar y cultura tienen la misma raíz etimológica. Políticos que no se dejen seducir por el progreso facilón basado en el ladrillo, el pelotazo financiero y la insostenibilidad ambiental, sino que fomenten el trabajo productivo real aplicando a todos los ámbitos de la sociedad la vieja pauta campesina de sembrar, cuidar y multiplicar. Si así fuera, seguro que el viejo liberal Adam Smith volvería a su tumba más tranquilo. 

Y no digamos si, a la hora de votar, tuviéramos listas abiertas donde pudiéramos elegir a quienes tienen una trayectoria real de defensa del mundo rural y del territorio que aspiran a representar, y no a un grupo cerrado de funcionarios de tal o cual partido. Eso sí que sería competencia.

De estos asuntos hablará hoy en Madrid José Bové, eurodiputado verde de Europa Écologie y portavoz de Vía Campesina. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Tiempo de madroños (a ser posible, con yogur)























Foto: Javier Broncano

Ir en busca de unos madroños en sazón es uno de los placeres otoñales que nos ofrece la Sierra. Buscas, miras y evalúas concienzudamente el aspecto y la consistencia de cada fruto. Cuando el color es bien rojo y la carne cede ligeramente a la suave presión de tus dedos, una segregación de saliva ya te anticipa el sabor dulce con su justo puntito ácido.

Algunos pájaros también se pirran por los madroños bien maduros, así que a veces, cuando has elegido uno de los mejores, descubres que ya está picoteado. Si te ocurre unas cuantas veces, sientes una reconfortante sensación de hermandad con la naturaleza por compartir gustos con otros animales. Pero si te ocurre un montón de veces, lo que aflora es un sentimiento mucho más primario: el de la competencia. "Los pajaritos se me han vuelto a adelantar, los jodíos". Reconozco que, en esos casos, algún suculento madroño picoteado a ido para al gaznate. Y hasta ahora no he pillado la gripe aviar.

El único consuelo ante la ventaja competitiva de las aves es pensar que ellas están a varios millones de años de evolución antes de ser capaces de elaborar yogur y mezclarlo con los madroños. Nunca imaginarán lo que se pierden. ¡Je!

lunes, 10 de octubre de 2011

Octubre en la Sierra de Segura

















Vega de Santiago de la Espada
Foto: Javier Broncano

"Octubre es mes de celo para  muflones y gamos. Los machos de esta especie emiten la ronca, un bramido grave y profundo que sirve para  retar a sus competidores, con quienes miden su fuerza entrechocando sus palas y propinándose vigorosos empujones. También en el entorno de las aguas limpias hay celo: las nutrias, aunque rebeldes a dejarse encasillar en calendarios, prefieren esta época para disfrutar de sus amoríos de forma tan lúdica como otros aspectos de su vida, jugando a perseguirse y mordisquearse dentro y fuera del agua, entre gritos y revolcones.

El mundo de las aves, más bien silencioso durante los últimos meses, se anima con cantos nuevos. Los árboles y tejados de nuestros pueblos acogen a grandes bandadas de estorninos, cuyo variado repertorio de silbidos nos acompañará durante todo el invierno. De entre las muchas aves que llegan en octubre, hay dos inconfundibles y fácilmente visibles por su abundancia. Ambas reciben en la zona nombres que no pueden ser más expresivos. Una es el jilguero, llamado aquí colorín por su plumaje pardo, blanco, negro, rojo y amarillo. La otra es la lavandera blanca, conocida popularmente como pajarita de las nieves por su aspecto grácil, los tonos de sus plumas y por ser huésped invernal. En realidad, ambas especies son sedentarias en la comarca, pero su número crece mucho con la llegada de sus congéneres del centro y norte de Europa.

Pero esta es también la época en que se cierra el paréntesis de paz que el hombre ha concedido a los animales durante los últimos meses. Se abre la veda. Retumba de nuevo la pesadilla de la muerte."

Javier Broncano y Joaquín Gómez


viernes, 30 de septiembre de 2011

Nuestras Sierras son un laboratorio para la vida - Dos enlaces con la ciencia
























Hay un par de enlaces en la columna de la derecha de este blog que me gustaría comentar. Ambos tienen que ver con las actividades científicas en el Parque Natural.
El primero de ellos enlaza el pdf del libro Investigaciones sobre plantas y animales en las sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Está hecho por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y recoge algunos de los trabajos realizados por investigadores de este organismo a lo largo de 25 años. El libro nació con voluntad divulgativa y sus promotores tuvieron la intención de que llegara a los centros educativos de los pueblos de nuestras comarcas, lo cual, hasta donde yo sé, nunca llegó a ocurrir. Una lástima, porque el libro es una maravilla y podría haber contribuido a despertar más de una vocación científica.
El segundo enlace es a la página Literature references on the Sierras de Cazorla-Segura-Las Villas también del CSIC, que recoge cientos de referencias de investigaciones en el Parque, gran parte de ellas disponibles en pdf. La mayoría pertenecen a los campos de la biología y la ecología, pero hay también trabajos sobre historia.
Ambas páginas pertenecen, a su vez, a la web de Carlos Herrera Maliani, el más prestigioso ecólogo español y el científico que más se ha involucrado en nuestro Parque Natural.
La vida en nuestras Sierras aún tiene libertad y espacio para desplegar sus asombrosas estrategias, convirtiendo nuestras montañas en un laboratorio con un incalculable valor científico. Ese es uno de sus principales valores y un motivo más que suficiente para conservarlas, porque la ciencia contribuye a nuestro bienestar material y además nos ayuda a entender cuál es nuestro papel en la trama de la vida.
Ese valor lo comprendieron hace ya más de un siglo los primeros botánicos europeos que se patearon con asombro nuestros montes descubriendo para la ciencia su gran riqueza botánica. Por ejemplo, Elisée Reverchon, viajero y botánico francés que, a principios del siglo XX, estableció su cuartel general en La Puebla de Don Fadrique, donde se dedicó durante varios años a investigar la flora de nuestras sierras para estupefacción de los vecinos del pueblo, que no entendían muy bien qué hacía un francés dedicándose a tan extraños menesteres. En su honor, hay varias especies de plantas que llevan su apellido, como Solenanthus reverchonii, cuya única población en el mundo está en el sureste de nuestro Parque Natural, cerca del límite con Granada, es decir, no lejos de la zona donde vivió Monsieur Reverchon.
Desde entonces, la actividad de los científicos en nuestras Sierras ha sido incesante y en ocasiones se ha hablado de la creación de un centro que recoja su producción. La situación económica actual no ayuda a este tipo de iniciativas, pero el desarrollo tecnológico sí, por lo que dicho centro podría perfectamente ser virtual. Para ello sería necesaria la colaboración de instituciones privadas y públicas –especialmente la Consejería de Medio Ambiente, el CSIC y las universidades- así como la colaboración de voluntariado. En cualquier caso, no sería algo especialmente costoso.
Mientras tanto, ahí está la contribución de Carlos Herrera, a quien nunca se agradecerá lo suficiente su dedicación y su devoción por las Sierras de Segura, Cazorla y Las Villas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Llueve

Ahora mismo, el agua acaba de llegar a la Sierra. Es como si, recién entrado el otoño, no quisiera hacerse de rogar ni un día más. Y abrimos puertas y ventanas para oírla en silencio, para oler los aromas que la tierra ya no quería seguir guardando y que sólo la lluvia sabe aventar.

En este instante, un mismo latido de bienestar primario y de esperanza está uniendo las huras, los secretos dormideros, las íntimas madrigueras, los humildes encames y las altaneras moradas de los humanos. Porque este agua es la firma que la naturaleza estampa en la tierra para que no dudemos de que sus promesas se van a cumplir.

El agua ha vuelto. Ya estamos todos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Septiembre en la Sierra de Segura

















Foto: Javier Broncano
 
El sol afloja las riendas del dominio avasallador que ha ejercido durante los meses anteriores y permite que surja una especie de segunda primavera. Los ríos y arroyos siguen muy menguados de agua, pero las primeras lluvias traen frescores ya casi olvidados y el suelo, sediento, lo agradece haciendo emerger nuevas praderías. El calor, al tiempo que cede, rinde cuentas de su trabajo y exhibe sus sabrosos resultados: las uvas moradas o amarillas colgando de las parras que dan sombra en  las viejas cortijadas; los higos, combando las ramas de las higueras y perfumando su entorno; las moras, punteando las zarzas de rojo y negro; las granadas, rajadas de jugosa exuberancia. Las temperaturas son suaves, pero las chimeneas de los cortijos de las zonas altas, impacientes tras apenas dos meses de descanso, están ya pidiendo que se enciendan las primeras lumbres al caer la noche. 

El monte se va convirtiendo en una formidable despensa de frutos, ofrecidos con generosidad por arbustos y matorrales silvestres a las aves. Algunas de ellas aprovechan a fondo la situación, pues necesitan estar sobradas de reservas para emprender la migración hacia el sur. Se va apagando el rumor de los invertebrados, que hasta ahora ha sido incesante, pero deja su lugar, en el ocaso, a otro sonido de más enjundia: el de la berrea.

Es momento de esplendor culinario, pues los hortales entregan su cosecha a quienes los han trabajado con paciencia y saber hacer: tomates, pimientos, orondas cebollas, abundantes patatas, habichuelillas verdes y morunas... Productos que, frescos o en conserva, serán la base de la cocina tradicional segureña, junto a la harina, el aceite de oliva y el cordero.

Javier Broncano - Joaquín Gómez 

lunes, 12 de septiembre de 2011

El Nacimiento del Segura se desvaloriza bajo la artificiosidad

El Nacimiento del Segura, también. Como El Yelmo, este otro lugar de profundo simbolismo para la Sierra de Segura, ha sido tratado con muy poco respeto. Esta vez ha sido la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), tal vez el organismo público que debería mirar con más cariño el río al que se debe.

La reciente intervención de la CHS en el paraje del Nacimiento de cara a facilitar su uso público ha tenido muchos puntos positivos (bancos, mesas, árboles, aparcamiento, enmascaramiento de contenedores, etc.), pero ha tenidos otros muy penosos que se suman a otros anteriores de otros organismos, haciendo que el conjunto resulte sobrecargado y absurdamente artificioso. Por ejemplo:


Resulta patético el plástico de colores chillones que se ha utilizado en el parque infantil, cuando en el mercado de mobiliario urbano abundan los productos que se integran mucho mejor en entornos naturales.



Por si no quedaba claro que estamos en un área recreativa, la CHS ha colocado una señal pegada a otra de la Consejería de Medio Ambiente que dice lo mismo. Además esta señal no se atiene a la normativa de señalización en Espacios Naturales Protegidos de Andalucía.  Es sólo un ejemplo de la absurda proliferación de señales. Al fondo se ve el inevitable panel de propaganda institucional sobre la inversión realizada. Este panel no sólo tiene unas dimensiones cósmicas para el lugar donde está, sino que, para que nos enteremos bien de lo que publicita...


…¡han puesto dos! Oiga, las personas vamos al Nacimiento para disfrutar del agua, del aire, del paisaje, no para tragarnos anuncios de venta de motos. Resulta irónica la última linea del panel ("una manera de hacer Europa"). Estas cosas en Europa se cuidan mucho más.


El aspecto que presenta esta intervención de prevención de la erosión, a los pocos meses de hacerla, no necesita comentario.

En fin, la cantidad de paneles y señales de todo tipo que adornan el Nacimiento supera ya la capacidad de absorber información de las mentes más dotadas, aunque si alguien se toma la molestia de mirar con detalle notará que los mensajes son bastante redundantes. No queda organismo público o institución que no haya dejado su huella en el Nacimiento para la posteridad (por haber, hay hasta un panel firmado por una entidad administrativa que había dejado de existir varias décadas antes de que dicho panel se colocara. Ahora que la cartelería es la que protagoniza el paraje, propongo el juego de encontrarlo).

Lo que debería resaltar en Fuente Segura es el Nacimiento, y toda intervención para el uso público debe estar supeditada a ese fin. En la actualidad, sin embargo, la presencia de elementos artificiales es tan abrumadora que la poza parece haber pasado a segundo plano.

"Me gustas cuando callas, porque estás como ausente". Este inolvidable verso de Pablo Neruda se lo dedicarían hoy con arrobo a la Consejería de Medio Ambiente los organismos públicos y grandes empresas de telecomunicaciones que han campado a sus anchas por el Nacimiento del Segura y El Yelmo, que tal vez son los dos puntos de la geografía segureña más presentes en el imaginario colectivo como hitos de nuestro paisaje.

El verso que sigue al anterior en el poema de Neruda también viene al caso, aunque esta vez se lo podrían dedicar a la amada Consejería los que se afanan porque este tipo de intervenciones se hagan con algo más de miramiento:  …”y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca".
Fotos: Javier Broncano

lunes, 5 de septiembre de 2011

La madre de todas las batallas contra el urbanismo asalvajado en Andalucía - Tú también puedes meterle el bulldozer al Algarrobico

 












Hoy, el corazón de este blog y de su autor están en Almería, con los voluntarios de Greenpeace ocupando El Algarrobico. Muchos de los que frecuentais Segura en Verde habeis estado en ese lugar y todos conoceis lo que pasa allí desde hace demasiados años. Así que es tontería enrrollarse con argumentaciones. Solo queda decir que El Algarrobico es el símbolo número uno de la lucha para que lo que queda de la costa mediterránea de este país se desarrolle, no ya de manera sostenible, sino simplemente con una miaja de sesera.

El Algarrobico tiene todas las sentencias en contra, pero ahí sigue, como un ídolo de la locura del ladrillo en medio de un país postrado tras décadas de adoración a la especulación urbanística. La Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente no derriban el ídolo. Pero lo vamos a hacer los ciudadanos, claro. Ciudadanos como esos radicales con monos de trabajo que ahora mismo están instalados en las entrañas del ídolo. Con el apoyo de gente común, como tú y como yo, que podemos echarles una mano ciberactuando con Greenpeace.

Hoy, El Algarrobico está más cerca de volver a ser lo que fue. Gracias a Greenpeace y a tantos otros por demostrar que este país sigue vivo.

martes, 30 de agosto de 2011

Librería Cobo, de Orcera - La librería serrana

















Antonio Cobo, de la Librería Cobo

Los hay buenos, malos y regulares, como en todas partes. Los libros de temática serrana no tienen ganado el pequeño cielo de los frikis segureños por el mero hecho de tratar de esta comarca o inspirarse en ella. Pero es tan poco frecuente que alguien se ocupe de escribir sobre estas perdidas sierras que, al menos para mí, rara es la obra que no aporte algo y que no merezca venirse a casa. Algunas sólo las he hojeado y otras las he devorado, pero les tengo cariño a todas porque cada una supone el esfuerzo de alguien con quien comparto una pasión.

Por suerte, hay un lugar de referencia para los que nos gustan estos libros. Es la librería Cobo, de Orcera. Antonio, su dueño, lleva años de constancia en el afán de poner esas obras a disposición del público. Tiene mérito, porque ese público es más que reducido y porque casi siempre se trata de libros con tiradas cortas y publicados por editoriales pequeñas, incluso a veces autoeditadas por los propios autores. Así que hay que agradecer a Antonio un empeño que, sin duda, va más allá de lo comercial. Y más en estos tiempos, cuando -por suerte- la tecnología y el mercado global ponen tantos libros al alcance de nuestro ratón, pero a riesgo de hacernos olvidar que ciertos tesoros sólo los podemos encontrar en la pequeña librería de siempre.

Ahora, además, la librería Cobo tiene su propia web. Lo pone fácil.¡Enhorabuena!

miércoles, 24 de agosto de 2011

El Maguillo en diario Ideal - Un buen artículo con un titular lamentable


















Alberca seca en El Maguillo, Beas de Segura - Foto: diario Ideal

Diario Ideal se ha hecho eco del conflicto de El Maguillo en un artículo que podéis ver aquí. Entre otras cosas, recoge las conclusiones del equipo de expertos de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla que estudiaron el sondeo: «la extracción de los recursos hídricos subterráneos por los sondeos de Maguillo originará una merma del caudal drenado por los acuíferos... La generalización de concesiones de agua subterránea para riego, en una comarca con elevada demanda para la olivicultura, supondría una profunda alteración del régimen hídrico de los cauces permanentes de la cabecera del Guadalquivir y, en consecuencia, un grave impacto en los hábitats fluviales asociados al Guadalquivir».

Merece la pena leer el artículo, aunque es de lamentar su titular: "Denuncian que nuevos sondeos en Cazorla están secando manantiales". Una vez más, se ubica en Cazorla lo que está en Segura. Un viejo asunto que no acaba de entrar en las redacciones de algunos medios de comunicación. Se puede entender que la economía de palabras a la que obliga todo buen titular invite a resumir "Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas". Pero en el caso de este artículo simplemente se debería haber puesto la palabra Segura en lugar de Cazorla. Diario Ideal se hubiera ahorrado dos cosas: molestar a una comarca entera... y una letra en un titular.

viernes, 19 de agosto de 2011

El ex-coordinador técnico cuestiona la actuación de la Fundación Gypaetus tras el envenenamiento de dos quebrantahuesos





 










El parón que ha sufrido la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía sigue doliendo y generando debate. A comienzos de agosto recibí una carta de José Eugenio Gutiérrez Ureña, que fue coordinador técnico de la Fundación Gypaetus hasta la conocida oleada masiva de despidos, de la que él también fue víctima. Con su autorización, la reproduzco íntegra. Pido disculpas por el retraso en hacerlo, que se ha debido, no ya a mi lejanía física de la Sierra durante las últimas semanas, sino a la terapéutica distancia mental que me he impuesto durante las mismas hacia todo lo relacionado con la comarca y sus asuntos. 

En su carta, José Eugenio cuestiona las actuaciones y explicaciones de la Fundación Gypaetus tras el envenamiento de dos quebrantahuesos en Castril. Hay que leer sus argumentos con el respeto que se merece alguien que está cualificado como pocos para hablar de los problemas que sufre la Fundación Gypaetus y la reintroducción del quebrantahuesos. Y lo está por experiencia, por conocimiento y por implicación profesional y personal. 

En este blog se está desarrollando parte del imprescindible debate público sobre la crisis de la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía. Agradezco su participación a todos los que han colaborado hasta el momento en dicho debate y reitero que este espacio de comunicación sigue abierto a todas las opiniones y aportaciones, sin excepción.

José Eugenio, gracias por tu contribución al debate. No soy quién para opinar sobre tu carta... salvo en lo que se refiere al primer párrafo. Ese lo entendemos todos, tengamos o no relación con la reintroducción del quebranta. La manera en que los serranos diagnostican algunos problemas es a veces demasiado drástica, pero tienen sobradas razones pasadas y presentes para analizar las situaciones en términos de las "agarraeras" que tiene cada cual y el movimiento de "los cuartos", como tú dices. He visto y veo esa actitud de resignación en casos mucho más sangrantes que el que aquí nos ocupa, y siempre me ha sublevado la pasividad que suele implicar. Pero al cabo de tantos años en esta Sierra, entiendo que esa manera de "sentenciar" las situaciones -como bien tú expresas- es su forma de vacunarse contra la melancolía de la decepción colectiva. Y hoy, hasta pienso que no es mal punto de partida para superarla.

A continuación, la carta de José Eugenio.

Torredonjimeno, 30 de julio de 2011

Gracias Javier por tu interés por este tema, felicidades por el éxito de tu blog y enhorabuena por el seguimiento que tiene en la Sierra. Estuve el fin de semana pasado en Pontones y algunos de sus comentarios, entre ronda de tragos largos, animaron la conservación hasta altas horas de la noche. A veces la solución o, al menos, el entendimiento de los problemas de la sierra surgen antes de estas conversaciones que de otras que algunos mantienen “al más alto nivel”. Sobre el quebrantahuesos, a mí me quedó la impresión de que en la Sierra no quedan muchos interrogantes. La foto de Pontones sigue en el bar “El Cortijo” y estará para siempre en el recuerdo de muchos. Pero lo del buitre es un tema zanjado. Cuando se enteraron de los despidos, se indignaron y juntaron firmas, pero en el fondo piensan que nos equivocamos al plantarle cara a alguien con buena “agarraera”. Después se enteraron por la maestra de la escuela -ya no hacía falta que los niños fueran a la suelta- de que este año no se iban a soltar quebrantahuesos. Pensaron: ya se les han terminado los cuartos, ya no quieren seguir con esto, qué lástima, cuánto trabajo desperdiciado. Ante la falta de razones, los serranos sentencian y casi siempre aciertan. Desde su clarividencia se resignan y no se marean ni torturan en el análisis. A los serranos se la han jugado muchas veces y así se defienden y juegan ellos con la vida. Aun así, el tema les produce mucha tristeza y desde luego, no creen que todo vaya “mejor que nunca”.
Creo que todo el que haya seguido este blog se habrá hecho una idea de lo que ha ocurrido en la Fundación Gypaetus. En mi opinión, sólo una palabra basta para calificar lo sucedido: sinrazón. Una sinrazón que deja herida, y aunque la mía cicatriza bien, todavía pica con el aire de la sierra. Seis años y medio trabajando para Gypaetus, casi cuatro como coordinador técnico me han enseñado a ver la sierra con otra perspectiva, a conocer mejor a su gente. Mi última visita a la Sierra de Segura me hizo echar de menos mi anterior trabajo y el cariño desinteresado de los pontoneros me reafirmó que nuestra forma de hacer las cosas había calado. Tuve de nuevo la absoluta certeza de que íbamos por buen camino, de que estábamos logrando algo grande en conservación.

Agosto en la Sierra de Segura


"Eclosionan los huevos de las lagartijas, como la colilarga (la más abundante) y la de Valverde (la más escasa), y a últimos de mes, hace la ibérica su segunda puesta. Todas ellas reducen su actividad en las horas de mayor insolación y solo se dejan ver a primeras horas de la mañana y últimas de la tarde. También nacen los pequeños lagartos ocelados en los agujeros  que la hembra excavó para poner sus huevos, así como varias especies de culebras, como la bastarda, la de escalera o la de agua. Todas ellas cambian también en verano su período de actividad: la primera está activa por la mañana temprano, y las otras dos, aunque son diurnas, cuando aprieta el calor se vuelven crepusculares. En cuanto a los sapos, se defienden del calor metiéndose bajo las piedras o incluso enterrándose para encontrar el alivio de la tierra húmeda.

Apenas se escuchan cantos de aves, salvo a primeras horas de la mañana. Las migratorias africanas, como golondrinas, vencejos y abejarucos, empiezan a formar bandos que se preparan para dejarnos hasta el próximo año. No hay actividad en los nidos de las aves, salvo raras excepciones. Una de estas es la lechuza, cuyo calendario reproductor es muy amplio y el desarrollo de los pollos bastante lento, por lo que en agosto aún pueden estar en el nido, mostrando su raro aspecto de bola informe de plumón blanco o amarillento en la que se dibuja el disco facial de forma acorazonada. En la buitrera, el pollo se atreve con sus primeros vuelos en busca de carroñas. Parece ahora algo torpe, pero en menos de tres meses se habrá convertido en un insuperable planeador.

Nacen las crías de varias especies de murciélago, que son recibidas por la madre en una especie de "delantal" de piel, y permanecerán agarradas a ella hasta que sean capaces de volar. Pero el calor sigue imponiendo un ritmo más que pausado en la vida de casi todos los demás mamíferos. Para ciervos, cabras monteses, gamos y muflones, es tiempo de sesteo e indolencia durante las horas centrales del día, y de tranquila actividad durante la noche y el amanecer. Las hembras, en grupo, controlan sin demasiados sobresaltos a sus recentales."

Javier Broncano y Joaquín Gómez 

domingo, 17 de julio de 2011

Se secan las fuentes de El Maguillo - La captación para riego agrícola es una bomba de relojería

La captación para riego de olivar de El Maguillo (Beas de Segura) ya ha comenzado a tener las consecuencias que preveía el estudio hidrogeológico independiente encargado por los afectados: se están secando las fuentes. Lo sabe la junta directiva de la comunidad de regantes, lo sabe el alcalde, lo sabe la Consejería de Medio Ambiente, lo saben los afectados, lo sabe todo el mundo. Pero no pasa nada.

La captación de El Maguillo, sobre la que tienen puestos sus ojos el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, es un caso de libro de insostenibilidad en el uso del agua: se impacta gravemente en ecosistemas frágiles de montaña en un Parque Natural en beneficio de unos cuantos regantes que, a la postre, no harán más que repetir un modelo que todo el mundo dice de boquilla que está agotado, es decir, engordar el invendible tsunami de aceite que cada año produce la provincia de Jaén. Apostar por la cantidad. Un clásico.

La captación de El Maguillo es una bomba de relojería. No para los ecosistemas afectados, cuya degradación ya no es cosa del futuro, sino puro presente. Es una bomba de relojería para la propia comunidad de regantes. Lo que están haciendo es tan fuerte, que antes o después les van a cortar el grifo. En vez de huir hacia adelante y seguir cogiendo agua -impasible el ademán-, deberían preparar un repliegue ordenado para que el probable fracaso de la captación tenga el menor impacto posible en sus bolsillos.

Ahora, lo que toca es que la Consejería de Medio Ambiente, de la que dependen tanto la Agencia Andaluza del Agua como la gestión del Parque Natural, se sitúe donde debe y suspenda de inmediato la concesión de El Maguillo. Toda dilación, maniobra, conchabeo y demás no harán más que complicar las cosas y hacer que esta lamentable historia tenga un final más traumático para los propios regantes.

miércoles, 13 de julio de 2011

Dimito de la Junta Rectora del Parque Natural

Durante bastantes años he representado a Ecologistas en Acción en la Junta Rectora del Parque Natural. Hubo tiempos en los que uno tenía la gratificante sensación de que era útil estar en ese órgano de participación, a pesar de que no se conseguían muchas de las cosas que se pretendían. Hoy en día, ni siquiera se obtiene contestación cuando uno solicita información por escrito. Por eso, ayer envié la siguiente carta al presidente de la Junta:

Sr. Presidente de la Junta Rectora del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas:
 Con fecha 8 de febrero de 2011 envié seis escritos a la Directora-Conservadora del Parque Natural, por correo certificado con acuse de recibo. A pesar de que algunos de ellos solicitaban información por escrito por parte de la Consejería de Medio Ambiente, cinco meses después no he recibido contestación alguna ni indicación de que en algún momento llegue a recibirla.
Entiendo esta radical negativa a facilitar información por parte de la Consejería de Medio Ambiente como una dificultad insalvable para ejercer la más básica participación democrática a través de la Junta Rectora del Parque Natural. En consecuencia, le comunico mi decisión de dejar de pertenecer a la misma.

Un cordial saludo.

Entre los escritos referidos, hay dos que me parecen especialmente significativos y que me gustaría que conocierais.

La primera petición se refiere a los residuos forestales que durante bastantes años han estado abandonados en la finca de Las Herrerías. Quienes eludieron su obligación de retirarlos, se ahorraron un buen dinero en jornales. Es decir, que en lugar de crear empleo, crearon peligro de incendio. La penúltima delegada provincial de la Consejería de Medio Ambiente dijo públicamente en la Junta Rectora que se me facilitaría información sobre los expedientes que pudieran abrirse. Hace ya casi seis años y desde entonces ha sido imposible obtener dicha información. Solo cabe presumir que el delito quedó impune.

 La segunda petición era para conocer con exactitud en qué términos ha dado cumplimiento el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía a la petición unánime de la Junta Rectora para pedir el cese de los peligrosos vuelos militares que continúan produciéndose sobre nuestra comarca y que causaron un incendio forestal en septiembre de 2009. La negativa a dar a conocer el escrito de la Junta de Andalucía hace pensar que, realmente, no ha habido escrito alguno al Ministerio de Defensa, a pesar de las encendidas declaraciones del consejero de Medio Ambiente el mismo día de los hechos en el sentido de que se pedirían responsabilidades a dicho Ministerio.

El mensaje que la Consejería de Medio Ambiente envía con sus negativas a dar la información que se le pide es muy claro: "En este Parque Natural, cuando las preguntas son molestas, da igual echar los escritos al buzón de correos que al contenedor azul más próximo".

Mensaje recibido. No es cosa de seguir perdiendo el tiempo ni de gastar un papel cuyo único destino -espero- es el reciclaje. Al fin y al cabo, quienes van a tener que reciclarse son los que no captan que en este país hay mar de fondo a favor de que, de verdad, se considere a la ciudadanía como tal. Y como ciudadano seguiré en la brecha luchando por esta Sierra. Me siento a gusto en ella, es puro egoísmo.

viernes, 1 de julio de 2011

El Yelmo, el gigante derrotado de la Sierra de Segura













































Cumbre el El Yelmo - Fotos: Javier Broncano

Cuando llegué para habitar en esta Sierra, subir al Yelmo andando de vez en cuando era un rito, un peregrinaje. El Yelmo es un lugar gozoso por las panorámicas que se disfrutan y porque es todo un símbolo de la Sierra de Segura. Desde hace algunos años, sin embargo, el Yelmo ha pasado a ocupar el último lugar en la lista de cumbres serranas a las que a uno le puede apetecer subir.  Y es que la sensación que se tiene arriba es agridulce: El Yelmo es buen sitio para mirar, pero mal sitio para estar.

No lo digo, por supuesto, porque se haya convertido en un lugar frecuentado por los amantes del vuelo libre, para quienes se  dispusieron un par de despegues y se asfaltó el acceso hasta la cumbre. La promoción de este deporte en la comarca ha sido un acierto que nunca agradeceremos bastante a quienes fueron sus pioneros. Tampoco me parece mal que el Yelmo haya sido el lugar escogido para instalar numerosos repetidores de telecomunicaciones. Es evidente que en algún sitio tienen que estar, y seguramente el Yelmo es el más adecuado desde el punto de vista técnico.

El problema es cómo se ha desarrollado el pequeño “complejo de telecomunicaciones” del Yelmo. Sólo hay una palabra para describirlo: caos. Simplemente, cada empresa ha llegado y ha montado su instalación en el lugar y de la manera que le ha parecido oportuno. No se han molestado lo más mínimo en tomar medidas que atenúen su impacto ambiental. Ni nadie parece habérselo exigido, a pesar de estar en un Parque Natural y de que El Yelmo es un monte público propiedad de la Junta de Andalucía.

Estas infraestructuras resultan inevitablemente agresivas, pero se puede, como mínimo:
-          ordenar su emplazamiento
-          enmascarar algunas de sus instalaciones
-          suprimir el ruido y el olor a gasoil de los generadores de energía

Además, en El Yelmo se debe derribar alguna edificación en desuso y hacer diversas actuaciones de limpieza y adecuación de las instalaciones al entorno, dentro de lo posible.

Sería absurdo pretender que El Yelmo vuelva a ser lo que fue, pero sí es exigible que se le tenga un respeto. Al Yelmo hay que devolverle su dignidad como montaña en lugar de considerarlo simplemente como una plataforma de comunicaciones y  un lugar que proporciona ingresos turísticos durante los días que dura el Festival Internacional del Aire.

Aún con repetidores, despegues y asfalto, El Yelmo debe seguir siendo, como siempre, ese lugar adonde uno conduce con orgullo a sus amigos y, sobre todo, uno de los signos de identidad más compartidos por los serranosegureños. Sí, la montaña a la que Don Francisco de Quevedo dedicara su poema "El Yelmo de la Sierra de Segura (Monte muy alto al Austro)", cuyas primeras estrofas decían:

O sea que olvidado,
o incrédulo del caso sucedido,
o mal escarmentado,
¡Oh peñasco atrevido!

Llevas a las estrellas frente osada

de ceño y de carámbanos armada;
debajo de tí truena,
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena
lluvioso y tierno caño;
y donde eres al cielo cama dura,
das a Guadalquivir cuna en Segura.

Por de más alto vuelo

te codiciara el águila gloriosa,
pues arrimado al cielo,
lo que no pudo él osa.
Sobre Olimpo nos muestras por momentos 
las determinaciones de los vientos.
(...)

















Monumento a Jorge Manrique en Segura de la Sierra con El Yelmo al fondo
Foto:  Antonio Somoza