lunes, 7 de febrero de 2011

Celebrando el agua - 1: Ruidera

















Los carrizales de Ruidera son un paraíso para el aguilucho lagunero
Foto: Javier Broncano

Este año tengo ansia por disfrutar de ciertos paisajes donde el agua es la reina, porque no va a ser fácil volver a verla con tanto poderío. El pasado miércoles -2 de febrero, fiesta de La Candelaria en Orcera- hice mi particular celebración del Día Mundial de los Humedales acercándome a las Lagunas de Ruidera, que en días laborables de invierno son un remanso de paz. Los anchos cielos manchegos, en estado de gracia por un sol radiante, me regalaron una jornada gozosa, con la cascada del Hundimiento a tope y las lagunas hasta arriba de agua.

Como no iba sobrado de tiempo, caminé junto a las primeras y las últimas lagunas, menos “vistosas” para el turismo pero más naturales que las centrales, ya que son las que menos han sufrido la urbanización y la masificación de este Parque Natural. Menos casas y más carrizal igual a una legión de aguiluchos laguneros patrullando incansables sobre sus cazaderos. Un espectáculo. Y además, ¡en la Mancha no hay cuestas!

Dejo Daimiel para otra fecha, ya que el día 2 hubiera coincidido con la visita de la ministra del ramo -y de otros muchos ramos- y hubiese sido muy desapacible ir a ver patos y toparte con el masegar reducido a decorado de un teatrillo institucional. Estas funciones son muy aburridas, así que, en lo posible, es mejor evitarlas. Incluso aunque las estés pagando.

















Cascada del Hundimiento 
Foto: Javier Broncano

















La Ruta de Don Quijote, hacia el embalse de Peñarroya, entre sembradíos y serrijones bien guardados por el encinar
Foto: Javier Broncano

















Cae la tarde sobre Laguna Conceja
Foto: Javier Broncano


















Las últimas luces hermanan aguas y calizas
Foto: Javier Broncano

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